Alcanzar la sostenibilidad y la resiliencia del agua urbana

San Diego, California, es la octava ciudad más grande de los Estados Unidos y uno de los lugares más deseables del país para vivir. La población actual de la ciudad es de 1,3 millones y se espera que aumente un 20 por ciento en 2035, poniendo una presión adicional sobre sus limitados recursos hídricos.

En la actualidad, el Departamento de Servicios Públicos de San Diego (SDPUD, por sus siglas en inglés) proporciona servicios de agua, aguas residuales y agua reciclada para los residentes de la ciudad y las comunidades circundantes. Durante más de 100 años, SDPUD ha suministrado agua a la ciudad a través de una combinación de agua importada, escorrentía de lluvia capturada de los embalses locales, agua reciclada para reutilización no potable y esfuerzos de conservación.

El agua importada de San Diego, que representa más del 80 por ciento de la oferta de la ciudad, se transmite desde el río Colorado y el delta del río Sacramento-San Joaquín. Esta agua es altamente susceptible a las sequías periódicas y el cambio climático a largo plazo, y las regulaciones ambientales que protegen a especies en peligro han restringido a veces las exportaciones de agua del delta. Además, el bombeo de los cientos de millas de agua importadas a la ciudad es caro, requiere mucha energía y produce importantes emisiones de gases de efecto invernadero. Para abordar estas cuestiones, así como los desafíos de calidad del agua local, SDPUD desarrolló un plan de recursos hídricos de largo alcance (LRWRP, por sus siglas en inglés).

CDM Smith trabajó por primera vez con SDPUD en 1996 para desarrollar su plan estratégico inicial para el abastecimiento de agua. El plan resultó muy exitoso, ganando elogios de los grupos de interés y del ayuntamiento. En 2010, CDM Smith se asoció nuevamente con SDPUD para actualizar el LRWRP, abordando desafíos recientes al abastecimiento de agua de la ciudad y preocupaciones por el cambio climático. "Planear para la incertidumbre climática es una parte importante de permanecer como una ciudad resistente. Prepararnos ahora para una serie de escenarios climáticos, además de las fluctuaciones en la demanda de agua, nos ayudará a proveer agua a los residentes de San Diego de una manera confiable, rentable y ambientalmente sensible ", dice Marsi Steirer, subdirector de SDPUD.

Cada vez más, el suministro de agua importada es menos confiable. El agua de la capa de nieve de la montaña viaja de ríos y corrientes al delta, donde grandes bombas envían el agua a las partes centrales y meridionales de California. El delta es uno de los estuarios más grandes de la nación, y el hogar de varias especies de peces en peligro de extinción que el agua de bombeo puede matar. Además, el delta está cada vez más amenazado por grandes huracanes o terremotos que pueden destruir los diques de tierra que protegen el agua dulce de la intrusión de agua de mar. Por último, las cambiantes temperaturas están alterando la capa de nieve de montaña que alimenta el delta. "Esta nieve es como almacenamiento gratuito. Se derrite a finales de la primavera, permitiendo que el agua fluya durante el verano. Pero si la nieve se derrite más pronto, como lo predicen los modelos de cambio climático, gran parte del agua fluirá hacia el océano sin usar porque la demanda es menor en la primavera, lo que resulta en escasez de agua en verano para la agricultura y los usuarios urbanos ", dice Dan Rodrigo, Gerente del LRWRP.

Para enfrentar los desafíos en el delta, las agencias de California están considerando proyectos de infraestructura que desviarán el flujo de agua importada alrededor de áreas sensibles al ecosistema. Las instalaciones también brindarían protección contra catástrofes naturales. Sin embargo, se espera que cuesten decenas de miles de millones de dólares, y son políticamente polémicas.

Adaptación al crecimiento sostenible
CDM Smith trabajó con SDPUD para evaluar los factores clave que afectan el suministro y la demanda de agua durante los próximos 25 años. El enfoque de colaboración entre CDM Smith, el SDPUD y las partes interesadas de la comunidad aseguró que todas las voces estuvieran representadas en el plan final y resultó altamente eficaz.

"Este fue un verdadero proceso participativo, impulsado por las partes interesadas, en el sentido de que las partes interesadas estaban involucradas en todos los aspectos del desarrollo del plan", dice Rodrigo. Un comité consultivo de partes interesadas que representaba a grupos ambientalistas, la comunidad empresarial, el desarrollo residencial y otras organizaciones ayudó a desarrollar objetivos para el plan, sugirió alternativas y proporcionó información crucial. CDM Smith sopesó las prioridades de la ciudad y de las partes interesadas: confiabilidad, resiliencia, costo, medio ambiente, calidad del agua y facilidad de implementación, frente a docenas de opciones potenciales de suministro de agua. Esta gama de opciones incluía el aumento de la conservación y el suministro de agua reciclada, la desalación y nuevos proyectos de aguas subterráneas.

A partir de estas opciones, se crearon diferentes portafolios, o conjuntos de soluciones que trabajaron juntos. Las carteras fueron evaluadas a partir de un triple-bot.